sábado, 15 de marzo de 2014

Agridulce Infierno

¿Nunca has querido a alguien tanto que a cierto punto comienza a consumirte? ¿Hasta el punto en que cada pequeña parte de ti le ha pertenecer y te hace sentir el más frágil – muerto en vida pero – existente? Ahí es cuando el cariño se torna en obsesión y es arma de doble filo, te destruye pero cómo lo amas. Sentimientos que están a océanos de tiempo de la monotonía; ¡Que cosa tan hermosa! Pero oh, tan doloroso, sentir que te consume cómo el fuego de tu encendedor al cigarrillo que sostienes entre tus labios. 

Cuando finalmente termina de consumirte y solo quedan cenizas, te das cuenta que todo lo que tocas se convierte en añicos; comienza el suicido de tus sentimientos para quedar como lo que siempre has sido, solo un ser muerto en vida. Tan vacío que querer a alguien nuevamente parece algo utópico. ¿Vale realmente la pena arriesgar toda tu cordura por algo incierto? 

Pero, ¿Qué es amar? Existen muchas respuestas para esa simple pero amplia pregunta cuando no es más que darle a una persona el poder para destruirte rogando que éste no lo haga. ¿Algo hermoso? Tal vez, pero vamos, engañarse de tan descarada manera es un suicidio; querer a alguien de tal manera – sea correspondido o no – es una perdición, solo es cuestión de encontrar a la persona por la que darías hasta tu último aliento sin que quedara en vano. 
[Cómo la persona a la que he encontrado.]

No hay comentarios:

Publicar un comentario