lunes, 3 de septiembre de 2018

Carta II; nunca será dirigida

En las noches, mi memoria solía embestir mis emociones, sacudir mis recuerdos, hasta que de una u otra manera terminaba desvaneciéndome en lágrimas, ahogándome en mi almohada, y enamorándome de la tristeza pero desde que estás a mi lado no ha habido ni una noche en que pasara eso.
Tú trajiste a mi vida toda la felicidad que ya hace tiempo se hallaba escasa, tú iluminaste mis días con esa sonrisa tan tuya que me derrite con solo verla, con esas mejillas y labios que piden a gritos ser llenados de besos, con esos brillantes ojos cafés en los que me pierdo cuando nos vemos.
En ti encontré algo que no sabía que buscaba.
En ti encontré algo que sabía que buscaba.
En ti encontré algo más de lo que buscaba.

Y a veces, cuando me encuentro mirándote en tu descuido, me cuesta creer que eres real. La perfección que alcanzas es solo digna de una obra de arte, tu silueta delineada por el fino pincel de la mano del más talentoso pintor, tus labios a delicados trazos y tu piel tallada por los mismísimos dioses, tu cabello que recae despeinado, tan libre como lo eres tú, sobre tu rostro angelical.. Te juro, amor mío, que no puedo siquiera pensarte sin comenzar a temblar.
En otras ocasiones, cuando me miras en mi descuido, sé que eres real, y me pierdo en el océano de tus ojos. Me hipnotizan, me derriten. Tú derribas todos mis muros con solo una mirada. Tú destrozas mi ser con tu dulce aroma, me reconstruyes con la pureza de tu amor, y yo, yaciendo inmóvil ante tus hechizos, lo único que puedo hacer es enamorarme más y más.
Quiero entregarme a lo que me haces sentir, a lo que te hago sentir. A ti. Me cautivas. Me cautiva la manera en que sonríes tímidamente cuando te digo palabras bonitas. Me cautiva como siempre eres tan tú.

No sé si fue la manera en que me miras, la forma en que sonríes, el misterio que emanas, o el roce de tu piel con la mía, que me hizo ser tu más devota creyente. Ocho meses después me lo sigo preguntando. Y cuando pienso en una respuesta solo me topo con más y más cosas que me encantan de ti.

Una vez alguien me dijo que el amor es darle al otro la oportunidad de destruirte esperando que no lo haga pero ¡ay, vida mía!, no me importaría que me destruyeras si antes tengo la oportunidad de quererte como nadie lo hizo antes.
Si antes tengo la oportunidad de amanecer a tu lado acariciando tu mejilla, mirándote a los ojos. Si antes tengo la opotunidad de compartir esos besos que tanto nos gustan con humo incluido, y la sonrisa que siempre le sigue. Si antes tengo la oportunidad de tomarte de la mano. Si antes tengo la oportunidad de quedarme en silencio observando tu belleza. Si antes tengo la oportunidad de cantar contigo tus canciones favoritas en los paseos en el carro. Si antes tengo la oportunidad de que compartamos conversaciones profundas y un cigarro, y por supuesto, deleitarme al verte fumar. Si antes tengo la oportunidad de que me llames mi amor y sentir que mi corazón se salta latidos. Si antes tengo la oportunidad de tener una conexión especial e íntima contigo y un sexo que me lleva a las nubes, dejándome sedienta por más, adicta a ti.


A veces el amor llega en momentos inesperados, bajo circunstancias inimaginables, pero cuando llega lo sabes. Y, cariño, cuando nuestros labios se rozaron por primera vez, lo supe.
Anhelo gritarle al mundo que te quiero.
Mi lirio. Mi nube de algodón.

Carta I; nunca será leída

Es curioso como, en la constante vorágine de pensamientos recurrentes, se pasea la idea de vivir la vida al máximo. Sí, un concepto bastante cliché, pero que a mis cortos 18 años he comprobado, bajo mi propia piel, es necesario cumplir. Pero por supuesto, ante la mínima brisa de libertad la mente humana se ocupa de dibujar siluetas y muros cada vez más altos para evitar dicho destino. En otras ocasiones, no se trata de la mente humana propia sino de la mente de alguien más, busca desesperadamente moldear a su manera a quienes le rodean, acto de egoísmo genuino. Quizá no lo notes, pero lo haces.
Todos se ocupan de decir que los años dd juventud son los mejores, que siempre los recordarás y debes tener experiencias mágicas e inolvidables de esos años pero, desde mi perspectiva, si estos son los mejores años.. ¿Valdrá la pena continuar bajo este yugo mandatario? En algún momento seré cual ave que vuela libre escapando de su celda, dejando atrás la vida en cautiverio, pero los fantasmas de las paredes que forjaste en mi interior persistirán por mucho más de lo que creo posible, sin importar cuán fuerte las derribe y con cuánto esfuerzo intente eliminar todo rastro de las mismas.
Me haces sentir en cautiverio. No. Creo que incluso los seres en cautiverio son más libres de lo que yo lo soy ahora. Mis días se basan en esperar, en pensar sobre algún día, cuando sea libre, y demás patrañas que solo alejan más y más la vida de mis años. Quiero vivir.
Recién a mis 18 años, comencé a darle vida a mis años. Quizá bajo mentiras, quizá bajo fuga, quizá bajo cosas de las que no me siento orgullosa, pero de esta manera lo quisiste tú. Cuando tú te vayas no quedará más nada que tu vívido recuerdo y la huella que dejaste en mí, pero ¿qué quedará en mí? Años vacíos por esperar, y esperar, y esperar a que decidieras liberarme.
No quiero hacer una guerra, porque ya muchas veces nos hemos enfrentado para solo terminar peor. Y guardo mis lágrimas de cada batalla como escudos que me protegen de la dureza de tus palabras.
No quiero hacer una guerra, pero tengo tantos sueños, tantas ideas, tantos planes que se han visto frustrados, frenados, pospuestos por ti y tu estúpida mente cuadrada.
Tómate un momento para imaginar cuánta alegría tendría tan solo de haber contado con una sonrisa y un "está bien, te apoyo en esto", pero ni eso pudiste (¿o supiste?) darme.

Te amo, lo digo de corazón, y con dolor.
Quizá nunca pueda perdonarte,
Quizá pueda perdonarte,
Pero los años pasan y pasan
Y yo sigo sin conocer la libertad,
Y mucho menos el amor de madre
¿Cómo podrías pedirme que olvide?

Tómate un momento para pensar en la cantidad de acciones y decisiones que he tomado nada más para complacerte a ti, para verte feliz a ti, para ver si por una vez en mi maldita vida podría verte sonreír por algo que hice, escucharte decir "estoy orgullosa de ti".
Nuevamente, ni eso pudiste darme. Solo más vacío, más heridas, más reproches.
Siendo honesta, a veces solo quisiera que me amaras, ¿sabes?
Y cómo anhelo poder complacerte, hacerte feliz y orgullosa, agradecerte por todo lo que has hecho por mí, pero ¿cómo? ¡¿CÓMO?! Solo termino luchando conmigo misma por ser todo lo contrario a lo que esperas, quieres, de mí.
Trato de convencerme de que no debo censurar mi manera de ser, de pensar, de actuar por los demás. Trato de convencerme de que no está mal ser como soy. Trato de convencerme de que no están mal los sueños que anhelo alcanzar. Trato, y trato,
y
  t
    r
     a
        t
          o
Sin resultado.
Duele.
Jamás encontraré las palabras ni las respuestas.
Lo siento por ser yo.
Mamá.